martes, 3 de julio de 2012

¿ORO O AGUA?



En el Perú:
¿Qué quiere cada actor del conflicto minero en Cajamarca?El Gobierno Central, la minera Yanacocha y los pobladores están envueltos en una disputa a raíz del proyecto Minas Conga

EL AGUA: CUESTIÓN DE ESTADO

El plan de gobierno de Ollanta Humala indicaba que la explotación de recursos naturales “aprovechada generalmente por minorías económicas extranjeras, no puede continuar”. Alejandro Toledo ha señalado que hay un embalse de expectativas sociales justificadas a raíz de la Ley de Consulta Previa. Este embalse, asegura, fue “levantado” por Ollanta Humala, lo que ha generado una crisis en la que el presidente ha tenido que decir que no se trata de buscar oro o agua, sino de ver la manera en que se pueda conseguir ambas cosas.

YANACOCHA: EL MILLONARIO PROYECTO CONGA

Sin embargo, las apreciaciones del presidente el 16 de noviembre develaron que el Gobierno tiene el deseo de que el proyecto se concrete. “El proyecto Conga es importante para el Perú porque le va a permitir realizar la gran transformación y la inclusión social que ofrecimos al pueblo peruano”, dijo el presidente en aquella ocasión.
No es para poco: la corporación estadounidense Newmont Mining informó que Minas Conga contendría más de 6 millones de onzas de oro. El mercado acaba de cerrar en US$ 1692.10 por cada una, lo que daría un total de US$ 10.152 millones. La ganancia se ve enorme si es que se piensa en la inversión de US$ 4.800 millones que ha proyectado la minera. Esto, por supuesto, se traduce también en dinero para el Estado, que recientemente aprobó la Ley de Gravamen Minero, que genera impuestos sobre la utilidad operativa de cada empresa minera.

LOS MANIFESTANTES

Lo que dicen los dirigentes, entre los que se cuenta al presidente del gobierno regional de Cajamarca, Gregorio Santos, y Wilfredo Saavedra Marreros, del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca difiere. Mientras algunos dicen sencillamente que no quieren minería, otros afirman que no la quieren en las cabeceras de cuenca, que no es otra cosa que el espacio geográfico en el que nacen las fuentes de agua que alimentan los principales ríos de la región.
A esto hay que sumarle el cuestionamiento que hacen al Estudio de Impacto Ambiental, que fue aprobado por la oficina Asuntos Ambientales del ministerio de Energía y Minas en cuarenta días, según los manifestantes.
Hay que mencionar, eso sí, que si bien el Estudio de Impacto Ambiental fue duramente cuestionado, también es cierto que la minería debe haber ayudado a eliminar la pobreza extrema de la región: el INEI afirma (en su Informe) que la tasa pobreza en Cajamarca se ubicó, el 2010, por encima del promedio nacional. Según este, el 49,1% de la población es pobre, pero sus índices de pobreza extrema han bajado al 15,3%. Pero eso no representa mucho para pobladores que exigen que su fuente de agua sea respetada.

Comentario:

Considero que el Gobierno debería priorizar lo que es el agua para la población cajamarquina, si bien es cierto que de alguna manera traerá algún beneficio económico para el país (inversión), y brindará apoyo  a ese pueblo, el agua es un recurso fundamental para la vida y para el mantenimiento de una buena salud, de nada sirve que se le brinde mejoras materiales, que se le implementen los colegios, si existirán niños que debido a la contaminación de las aguas puedan padecer alguna enfermedad, lo cual afectará sin duda en su desempeño académico.


Ante ello se puede visualizar que aun no contamos con un gobierno que se interese de verdad por las necesidades e intereses del pueblo, nos falta gobiernos que elaboren responsablemente sus planes de gobierno.Encontramos como en muchos años anteriores en nuestra historia personajes que prometen trabajar a favor del pueblo con tal de conseguir votos, personas que solo buscan su propio beneficio, y una vez que se encuentran en el poder esas palabras se las lleva el viento.
Es hora ya de comenzar a tomar conciencia de la problemática nacional, de sentirnos comprometidos con todo lo que sucede en  nuestro país, que de cierta manera también nos afecta.
Como docentes tenemos el deber de formar hombres con moral y valores, críticos y reflexivos, personas que sean capaces de interpretar y transformar su realidad, solo de esa manera acabaremos con los problemas que nos aquejan como nación.




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